C
uando se habla de sexo, los deseos de la mujer son mucho más extensos y variables que los de los hombres. Pueden responder a las caricias en grandes áreas de su piel y si la estimulación es adecuada pueden obtener orgasmos de muchas formas diferentes.
Como la respuesta sexual masculina es más simple, muchos hombres tienden a pensar que las mujeres son iguales a ellos, es decir, que se excitan fácilmente con la vista y desean el orgasmo cuanto antes.
Para evitar esto, es necesario mantener una buena comunicación, pues como mucho se ha mencionado, el deseo en el hombre y la mujer, es distinto, ya que el varón tiene mayor pulsión sexual y menos relación con los conceptos amorosos.
Consultas realizadas a mujeres sobre sus gustos en la cama, han arrojado respuestas que incluso sorprenderían a los hombres más creativos, por lo que podrían ser consideradas como guías si se pretende que, la llama de la pasión no se encienda a medias o hasta se extinga durante nuestros momentos íntimos.
Te decimos algunos consejos que pueden ayudarte a tener relaciones más placenteras, y sobre todo, menos rutinarias, verás que si tu pareja nota que buscas nuevas formas de hacer el amor, ella misma hará propuestas, llevando la vida sexual de ambos al siguiente nivel.
Respuesta sexual
Debes tomar en cuenta que la forma en que responde el cuerpo masculino al femenino en el acto sexual es muy distinto. El hombre “despierta” más rápido y también cae de la misma forma. Por otro lado la mujer tiene un comienzo más lento y se establece en una meseta más larga.
Ten en cuenta esto y no esperes que tu pareja reaccione al mismo tiempo y ritmo que tú, se paciente y tampoco lo quieras convertir en una carrera de resistencia, una relación demasiado prolongada puede resultar incómoda.
Zonas Erógenas
El cuerpo femenino es un mundo lleno de posibilidades, incluso mayores al de los hombres. De acuerdo a sexólogos, ellas pueden establecer zonas erógenas, no sólo en su cuerpo, sino también en el de sus parejas. Hay ocasiones en que la mujer llega a erotizar más con el contacto físico o con el sexo oral, pero esto no quiere decir que se deba descuidar el estímulo de su cuerpo.
La piel
Sin duda, esta es una parte del cuerpo que debes saber aprovechar, la piel es considerado el órgano más importantes del cuerpo humano al momento de una relación sexual. Las caricias, los roces o incluso la respiración sobre ella, pueden ser excelentes aliados para despertar la pasión en la mujer.
Jugueteo.
Según especialistas, hay mujeres que llegan a tardar más de media hora en sentir la necesidad de la penetración, por lo que es muy importante el juego previo. No pretendas el coito inmediatamente, juega con tu pareja, sedúcela, recuerda que todo su cuerpo puede llegar a transformarse en un lugar erotizante.
Cumplir fantasías.
Si tu pareja te confiesa que tiene alguna fantasía, es porque está dispuesta a disfrutar del sexo contigo de una forma distinta. Cada mujer es un mundo distinto, por lo que existen fantasías de todo tipo, de las cuales, algunas puedan llegar a ser muy estimulantes. Una de las más comunes, es que ella finja se una prostituta, pero a veces por temor a la opinión de su pareja, no se permite expresarlo. Hazle saber que eres una mente abierta y que estás dispuesto a cumplir sus fantasías.
Adiós a los modales.
Si bien es cierto que a las mujeres les gustan los detalles románticos y los hombres educados, a la hora de la cama pueden cambiar estos gustos. Muchas féminas no se limitan en decir “malas palabras” en su vida cotidiana, y tampoco desean suprimir esa costumbre al tener sexo, incluso, a algunas les encanta que les digan cosas subidas de tono, desagradables, “sucias” y hasta ofensivas. Como ves, en el juego sexual se vale de todo y a veces cuando la pasión domina, los modales salen sobrando, lo importante es divertirse.
Mayor agresividad.
La mayoría de las mujeres consultadas, confesaron desear tener sexo un poco más agresivo, y no nos referimos solamente al lenguaje. Fueron varias las opciones que dieron, como el ser atadas, jaloneadas y hasta arrastradas. Está de más aclarar que este tipo de gustos no implica agredir directamente a tu pareja, pero sí darle quizá un ligero rasguño. Prueba también cambiando los roles, dándole la oportunidad de que ella sea la “agresora”.
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